Cooperación municipal: los hermanamientos

Cooperación municipal: los hermanamientos

En el contexto actual de globalización de la economía y de los intercambios, el posicionamiento internacional de una ciudad o pueblo se convierte en reto esencial. Cada vez es mayor el número de municipios que se abren al exterior y establecen contactos con las administraciones locales de otros lugares y que participan en programas y redes que nos acercan tanto a nuestros vecinos europeos como a los pueblos de otros continentes, siendo la forma de cooperación bilateral más conocida como propia de los gobiernos locales el hermanamiento.

Su éxito se debe a que, con el paso del tiempo, han ido evolucionando y adquiriendo mayor complejidad, como lo demuestra el hecho de que tras los protocolos de hermanamiento entre municipios tienen lugar a menudo acuerdos entre barrios, o entre asociaciones de vecinos, que entran en contacto para llevar a cabo todo tipo de actividades. Se han convertido así en un instrumento de cohesión e intercambio que sigue teniendo una enorme vitalidad.

Su valor añadido consiste precisamente en que los vínculos se manifiestan siempre desde lo local, siendo los conciudadanos quienes participan de estas relaciones, no reservadas de forma exclusiva a los lazos institucionales tradicionales. En numerosas ocasiones la iniciativa emana de la ciudadanía: asociaciones de amigos de un país o región; el interés por algún aspecto cultural, visible en muchas manifestaciones de la sociedad; el aprendizaje de una lengua; la atención que prestamos a las propias noticias que surgen de estos lugares; o las propias asociaciones de inmigrantes. En definitiva un cúmulo de circunstancias que hacen que surja la idea de estrechar los lazos con otra ciudad y que, en última instancia, se corroboran con la firma de un acuerdo de hermanamiento. Es este vínculo con la ciudadanía el que aporta estabilidad al hermanamiento más allá del devenir de las relaciones internacionales entre los países a otros niveles. Prueba de ello es que a veces las relaciones entre las diferentes administraciones, por diversas cuestiones, se enfrían o pasan por periodos de discordancia, mientras que la ciudadanía continúa desarrollando actividades en común.

El hermanamiento es un vínculo entre entes locales (normalmente municipios, pero también comarcas, mancomunidades, distritos, etc.) que tienen la voluntad de compartir valores y recursos. Un hermanamiento debe suponer el establecimiento de un marco estable de cooperación, en su sentido más amplio de ‘operar con’. No obstante, para que un hermanamiento tenga sentido debe evitarse que quede reducido a un carácter meramente simbólico o protocolario; procurando, por el contrario, un tipo de cooperación más allá de la mera financiación de proyectos.

Esta cooperación ha de suponer un intercambio global y sectorial: por una parte estableciendo una relación entre instituciones de cada una de las localidades, y por otra, entre diferentes sectores de la sociedad civil.  La primera hace posible una cooperación orientada hacia tareas específicamente municipales (formación y asesoramiento en administración y gestión, mejora de recursos humanos y técnicos, servicios municipales (infraestructura urbana, ordenamiento territorial, abastecimiento de aguas, recogida y tratamiento de residuos, etc.) actividades culturales y deportivas, etc.). La segunda promueve la participación del tejido social de las dos localidades, y propicia un marco y una base verdaderamente cooperativa que puede impregnar a ONGDs, sindicatos, y colectivos sociales, así como a la ciudadanía en general.

A la suma de todo esto hay que añadir, que si analizamos el papel de las administraciones locales en la consecución de La Agenda 2030, dicho papel va más allá del Objetivo 11, “Hacer que las ciudades y los asentamientos urbanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Todos los ODS tienen metas directa o indirectamente relacionadas con el trabajo diario de los gobiernos locales y regionales. Éstos no deberían considerarse como meros implementadores de La Agenda. Los gobiernos locales son responsables políticos, catalizadores del cambio y el nivel de gobierno mejor situado para vincular los objetivos globales con las comunidades locales.

“(…) Los ciudadanos entienden que las ciudades y los territorios donde viven no existen de forma aislada, sino que están influenciados por los fenómenos globales, sobre todo por los cambios medioambientales. Existe un nuevo planteamiento de la ciudadanía con una fuerte dimensión global que vincula nuestros destinos y debe anclarse de forma local. La construcción de sociedades basadas en la diversidad cultural, la solidaridad, la igualdad y la responsabilidad con un enfoque ascendente será una garantía de resiliencia y sostenibilidad (…) Animamos a los gobiernos nacionales, a las instituciones internacionales, al sector académico y a nuestros socios de desarrollo a unirse a este evento y a promover nuevas cooperaciones entre los líderes políticos locales y la sociedad civil (…)”  

DECLARACIÓN DE LOS REPRESENTANTES
DE LAS REDES DE GOBIERNOS LOCALES Y REGIONALES
REUNIDAS BAJO EL GLOBAL TASKFORCE
Nueva York, 27 de septiembre de 2015

Entradas recientes