Estados Unidos es "muy importante" en el objetivo de lograr un acuerdo internacional para luchar contra el cambio climático y, "de momento, es el cuello de botella" para alcanzar este objetivo, por que su política interna es contraria a asumir este compromiso y porque cerca del 74 por ciento de los estadounidenses piensa que las actividades humanas no están en el origen del calentamiento global, según el Premio Nobel de Química y asesor medioambiental del presidente Barack Obama, Mario Molina.

Durante su intervención en el II Congreso 'El ser creativo' que se celebra en Madrid, ha señalado que el dióxido de carbono es el "termostato" del planeta y que si se eliminara, se condensaría el vapor de agua terrestre y la temperatura media del planeta sería de -22 grados centígrados, mientras que con la composición actual este valor es de 15 grados centígrados.

De este modo, ha mostrado que son los humanos los que causan el cambio climático en una probabilidad del 90 por ciento, algo que comparte el 97 por ciento de los científicos a nivel mundial, puesto que la composición química del planeta ha cambiado desde la época de la revolución industrial. En todo caso, Molina considera que el CO2 no es el único factor preocupante, sino que otro de estos factores son los efectos extremos del clima cuyas consecuencias son "muy extremas".

A su juicio, si no se modifica la situación actual y se actúa contra el cambio climático la temperatura global podría subir 6 grados centígrados, algo que "traería consecuencias extremas". Por ello, ha subrayado que es preciso "actuar por razones y costes económicos, pero sobre todo por cuestiones éticas". "Tenemos la necesidad de proteger a las generaciones futuras", ha concluido.

Por su parte, Jeremy Rifkin, economista y presidente de la Foundation on Economic Trends y ex asesor político de Angela Merkel, Bill Clinton o Nicolas Sarkozy, ha reclamado una nueva visión económica del mundo porque solo el planeta "solo dispone de dos generaciones para quitarse de encima el CO2" y ha advertido de que con los nuevos regímenes económicos como China o India los mercados se han dado cuenta desde 2008 de los límites de globalizar el planeta a base de petróleo.

En este contexto, ha destacado que una subida de la temperatura global de tres grados centígrados para finales de este siglo podría devolver a la Tierra a temperaturas del Pleistoceno y que el ciclo hídrico del planeta resultaría afectado.

La especie humana podría desaparecer

"Estamos en las etapas tempranas de una extinción masiva", ha pronosticado, por lo que Rifkin reclama una revolución económica sin la que "la especie humana podría desaparecer". Asimismo propone un plan basado en varios pilares que pasan por un mayor compromiso para incrementar el porcentaje de energías renovables, un pilar del que ha dicho que España "hasta el año pasado" estaba siendo pionero.

Al mismo tiempo, el economista insta a mejorar las soluciones para almacenar la energía que está distribuida por todo el planeta. De este modo, también asegura que se pueden convertir todos los edificios públicos y privados en pequeñas centrales de energía, algo que espera que se pueda alcanzar en los próximos 40 años. "Si nuestros edificios se convierten en pequeñas centrales solares aumentarán inmediatamente de valor", ha afirmado.

Igualmente, el cuarto pilar sería interconectar las redes eléctricas y energética mediante las nuevas tecnologías, para que se pueda compartir, comprar, vender e intercambiar energía "desde Irlanda a Rusia". Esta apuesta considera que sería una forma de democratizar la energía, algo que también se conseguiría si el transporte se convierte en células energéticas (quinto pilar), porque considera que "la única manera" de conseguir una revolución verde es, precisamente, si los pequeños consumidores se intercambian la energía.

A este respecto, ha manifestado que esto es precisamente lo que propugna el "interesante" movimiento del 15-M y ha apostado por que precisamente esta será la tercera revolución industrial que es la de la actual generación de jóvenes. "Este es el poder para la gente", ha sentenciado y ha azuzado a España porque es "el momento de que este país lidere este cambio", empezando por las energías renovables. "Este es nuestro momento, es una decisión como especie", ha concluido.

En esta misma exposición  ha participado el meteorólogo y astrofísico británico Piers Corbyn, que considera que el cambio climático es un intento "ridículo" para aumentar el control y la fiscalidad y ha explicado su teoría de que detrás de la lucha del cambio climático están los intereses del sector petrolero porque de este modo, el precio del crudo subirá hasta un 50 por ciento, al revalorizarse los activos que tiene en el subsuelo.

El cambio climático, un invento de la industria petrolera

En este contexto, ha criticado a los científicos del Panel Intergumental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) porque "la teoría del cambio climático no casa con los hechos", ante lo que cabe la postura de deshacerse de la teoría o cambiar los hechos, que es "lo que ha hecho el IPCC". "Los datos están manipulados", ha insistido. "Podéis tener una religión del cambio climático, pero no me impongáis vuestras creencias", ha advertido.

De este modo, ha expuesto que todos los hechos climatológicos extremos ya han sido predichos y ha explicado que estas oscilaciones son cíclicas, al tiempo que ha afirmado que los incendios de Rusia y las inundaciones de Pakistán de los últimos años tuvieron que ver con unas expulsiones solares que modificaron la corriente del Golfo.

En resumen, Piers Corbyn ha vaticinado que "va a haber un enfriamiento de las temperaturas a nivel global de aquí a 2035" y se ha aventurado a pronosticar que entre el 27 de noviembre y el 28 de diciembre, Reino Unido, España y el oeste de Europa vivirán un "periodo excepcional" de frío que dejará intensas nevadas. Por su parte, para Estados Unidos espera que del 15 al 17 de diciembre se produzcan temperaturas extremadamente frías y que del 11 al 14 de enero de 2012 habrá un exceso de nieve en el noroeste de este país norteamericano.

Finalmente, ha advertido de que el 19 de enero de 2012 habrá una tormenta con efectos muy graves y que en Australia se vivirá en enero una ola de calor "extremo", ya que ha reiterado que todo se puede pronosticar con datos y fórmulas científicas.  "Sea feliz, no se sienta culpable de conducir un coche; conduzca y emita CO2 porque a las plantas les gusta", es su receta, al tiempo que ha recomendado buscar "ciencias y políticos fiables".

Fuente: Econoticias

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