A lo largo del siglo XXI, los países en desarrollo soportarán entre el 75% y el 80% de los costes provocados por el cambio climático a pesar de ser los que menos han contribuido a este fenómeno. Luis M. Jiménez, director del Observatorio de la Sostenibilidad en España, analiza la conexión que existe entre el calentamiento global y la pobreza con la frustrante cumbre de Rio+20 como telón de fondo.
El cambio climático es una amenaza para todos pero especialmente para los países en desarrollo y emergentes. Las subidas del mar que podrían llegar hasta alcanzar 1 metro en el presente siglo suponen una amenaza para más de 60 millones de personas y 200.000 millones de dólares de activos sólo en los países en desarrollo.
La productividad agrícola disminuirá, más de tres millones adicionales de personas podrían fallecer cada año como consecuencia de la malnutrición, entre 100 millones y 400 millones de personas correrán el riesgo de padecer hambre, y entre 1.000 millones y 2.000 millones de personas más, podrían dejar de tener agua suficiente para atender sus necesidades.
Los países en desarrollo, además de estar más expuestos a los riesgos del cambio climático, cuentan con menor capacidad de resistencia. Un calentamiento de 2ºC (el escenario más optimista y con el que se trabaja) implica una reducción de entre un 4% y 5% del ingreso anual per cápita tanto en Asia Meridional como en África, lo que contrasta con lo que perderán en los países con ingresos altos, un 1%, pérdidas que afectarán sobre todo a la agricultura, principal medio de subsistencia para las familias más pobres.
El calentamiento global no solo afectará a la producción agrícola, también repercutirá en la calidad del aire, del agua y en el acceso a una vivienda segura, todos ellos requisitos básicos para la salud de la población. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el cambio climático en 2004 ya generaba un exceso de 140.000 defunciones anuales, siendo los países pobres o en desarrollo con peores infraestructuras sanitarias los más afectados, cifra bastante inferior a la que recoge el Informe Foro por Cambio Global en donde se afirma que al año mueren más de 315.000 personas a consecuencia del cambio climático. Según este informe:
- A nivel mundial el número de desastres naturales se ha triplicado desde los años 60. Cada año mueren por esta causa más de 60.000 personas, la inmensa mayoría en países en desarrollo.
- La contaminación atmosférica en las ciudades provoca aproximadamente 1,2 millones de defunciones al año, sgún la OMS. Las temperaturas altas provocarán un aumento en los niveles de ozono y de otros contaminantes que agravarán las enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
- El aumento del nivel del mar y los eventos meteorológicos, inundaciones y sequías podrían provocar importantes desplazamientos de personas con fuertes impactos en su salud.
- Algunas de las enfermedades más mortíferas -como la malaria, el dengue o el cólera- son muy sensibles al clima y se prevé que se agudicen con el cambio climático. Algunos estudios advierten que el cambio climático podría exponer a 2.000 millones de personas más a la transmisión del dengue. La Malaria trasmitida por el mosquito Anopheles mata a casi un millón de personas cada año, afectando especialmente a los niños africanos menores de cinco años.
Se estima que los países en desarrollo soportarán entre el 75% y el 80% de los costes provocados por el cambio climático, entre los factores que explican su vulnerabilidad se cuentan: su posición geográfica, limitados recursos tanto humanos como financieros así como la debilidad en sus instituciones. Y eso a pesar de ser ellos los que menos han contribuido al cambio climático.
Fuente: ethic la vanguardia de la sostenibilidad