El año pasado fue el noveno más caliente desde 1880, lo que demuestra la tendencia al aumento de las temperaturas que se está registrando en el planeta, según los últimos datos presentados por la NASA. Con excepción de 1988, los nueve años más templados en los registros que se tienen de 132 años han ocurrido desde 2000, con los récords 2010 y 2005. Pero lo importante a efectos del cambio climático no es un año aislado. “Lo que importa es que esta década es más templada que la anterior que, a su vez, fue más templada que la precedente”, señala Gavin Schmidt, científico del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS). “El planeta se está calentando porque estamos bombeando cantidades crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera”. La temperatura media del planeta el año pasado fue de 14,6 grados centígrados, es decir, 0,6 grados más que a mediados del siglo XX. Desde 1880, la temperatura ha subido 1,4 grados, según los últimos datos del GISS.
Los investigadores recalcan que los patrones atmosféricos provocan siempre fluctuaciones en las temperaturas medias de año en año, pero la tendencia del calentamiento global, provocada por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, emerge de la serie de registros anuales, aunque año no sea sistemáticamente más tórrido que el anterior.
El nivel de CO2 en la atmósfera era de unas 285 partes por millón (ppm) en 1880 (el primer año de registros de temperatura en los análisis del GISS) y en 1960 la concentración era ya de 315 ppm, según informa la NASA. Actualmente, está por encima de 390 ppm.
Los análisis del GISS se basan en datos meteorológicos de más de mil estaciones distribuidas por todo el mundo, así como de observaciones de la temperatura del océano tomada desde satélites y de registros de estaciones en la Antártida. En estos estudios se utiliza como línea de base la media de temperatura entre los años 1951 y 1980. Desde entonces sólo 1976 estuvo por debajo de esa línea de base.
Los científicos de GISS hacen especial hincapié en el territorio estadounidense, donde 2012 fue el año más cálido desde que se tienen registros. “Las temperaturas en EE UU en el verano de 2012 son un ejemplo de una nueva tendencia de extremos estacionales que superan los registros máximos de mediados del siglo XX”, dice James E. Hansen, director del GISS. “Los dados del clima están ya echados y, aunque algunas estaciones serán más frescas que la media a largo plazo, la gente va a notar que la frecuencia de tales extremos de calor está incrementándose… y son los extremos los que tienen mayor impacto e la población”.
Fuente: Diario El País