Es obvio que el transporte es un sector clave para el desarrollo económico y una herramienta imprescindible para el intercambio social y cultural. Sin embargo, el elevado coste medioambiental de esta industria -la segunda con más impacto en el calentamiento global- ha llevado a una creciente tensión entre desarrollo y protección del entorno. ¿Es posible introducir una verdadera cultura de la eficiencia y la sostenibilidad en los desplazamientos sin menoscabar la economía? Analizamos las claves para una movilidad sostenible en el siglo XXI.
La industria del transporte es la segunda con más impacto en el calentamiento global. «Es el sector que más descontrolado está: casi ha duplicado sus emisiones de CO2 desde 1990 y a una velocidad doble respecto a las demás industrias», explica a Ethic el director de Equo, Juantxo López de Uralde.
Las medidas propuestas en los últimos 30 años siempre han apuntado a la necesidad de una progresiva limitación de la dependencia al petróleo, pero incluso los ministros de transporte de los 51 países de la OCDE han admitido de forma unánime que falta determinación a la hora de impulsar políticas útiles frente al reto de la movilidad sostenible.
En este sentido, y a pesar de algunos intentos legislativos como el Plan Integral de Automoción o la Estrategia de Movilidad Sostenible, España sigue la tendencia global. «Las actuaciones son manifiestamente insuficientes para revertir una dinámica de consumo de energía, emisión de gases de efecto invernadero, generación de costes externos y colaboración al bienestar de los ciudadanos que sea acorde con los compromisos internacionales asumidos para el horizonte del 2020», señala Antonio Serrano, presidente de Fundicot. Pincha para leer el artículo completo
http://ethic.es/2013/07/siglo-xxi-movilidad-y-cambio-climatico/