Contexto y surgimiento de las Comunidades de Paz ¿Qué son?

CONTEXTO Y SURGIMIENTO DE LAS COMUNIDADES DE PAZ ¿QUÉ SON?

El conflicto armado que azota Colombia desde hace más de 40 años es un ciclo interminable de violencia que ha producido un ingente número de víctimas civiles. Uno de los resultados más visibles del conflicto armado es el aumento de los éxodos masivos, familiares o individuales de quienes se ven obligados al destierro para defender la vida El número de personas afectadas por el Desplazamiento Forzado Interno en Colombia es el cuarto más alto en el mundo.

Algunos de los departamentos más afectados por los desplazamientos han sido: Bolívar, Córdoba, Valle del Cauca, Norte de Santander, Antioquia, Santander, Chocó, Sucre y Magdalena. Las causas más comunes de estos desplazamientos han estado relacionadas con acciones de los grupos armados y sus repercusiones regionales – amenazas, masacres, asesinatos selectivos y enfrentamientos bélicos que afectaron a la población civil o sus bienes.

Entre los grupos que más han sufrido los abusos se encuentran las comunidades de origen africano, indígenas, campesinas y desplazadas, así como los activistas de derechos humanos, comunitarios y sindicales.

Pero en este contexto, ¿Cómo exigir los derechos de la población civil en medio de la guerra? ¿Cómo garantizar el respeto de campesinos e indígenas como no combatientes?

Es en este marco de persecución y exterminio en el que aparece el movimiento de las Comunidades de Paz. En la actualidad hay en Colombia 52 Comunidades de Paz en resistencia, según censo de la Red de Iniciativas por la Paz (Redepaz), ONG especializada e impulsora de este tipo de iniciativas. La primera, la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (Atcc), en Santander, surgió en 1987 y fue pionera del concepto de neutralidad frente a todo actor armado. En 1994 la siguió,  la Neutralidad Activa de los Indígenas de Antioquia. Un año después se estableció la de San José de Apartadó (Antioquia). A final de la década de los 90, estas iniciativas llegaron a Chocó, una de las regiones más deprimidas de Colombia, donde 49 comunidades de desplazados de esta región decidieran crear la Comunidad de Paz de San Francisco de Asís. Entre 1998 y febrero de 1999, se establecieron también las comunidades Natividad de María, conformadas por unas 105 familias, y Nuestra Señora del Carmen, de unas 250 familias, ambas en Chocó.

Las Comunidades de Paz son expresiones legítimas de resistencia civil frente a la guerra y los actores armados. Las Comunidades de Paz resisten en medio de la guerra asumiendo en el proceso una posición de autodeterminación y de lucha que trasciende el ámbito del conflicto armado.

Es decir la creación de las Comunidades de Paz es ante todo un acto político, determinado por el auto-reconocimiento de los pobladores como sujetos sociales y políticos, dispuestos a reclamar la soberanía de sus espacios vitales y el respeto de sus procesos y derechos fundamentales por parte de los guerrilleros y del Estado. Lo que supone que este proceso de resistencia representa una posibilidad de descentralización del poder, de restar el poder a sujetos político-militares y sumarlo a la población civil, es decir, de debilitar las bases de poder de los órdenes verticales imperantes y crear condiciones para establecer otras formas de poder y convivencia.

La solidaridad internacional ha sido un gran aliado de las Comunidades de Paz sin la cual ellas mismas reconocen que quizá no hubieran sobrevivido. Son las propias Comunidades quienes establecen redes con organizaciones no gubernamentales y entes internacionales para la defensa de sus normas, los derechos humanos y el respeto de las normas del derecho internacional humanitario. Esta práctica de las Comunidades de hacerse visibles y reconocidas internacionalmente, es en palabras de María Teresa Uribe, una forma de “rebeldía emancipatoria”: Para que la rebeldía asuma formas emancipatorias es necesario, además del autoconocimiento, el reconocimiento. Es decir, la situación percibida como opresiva, discriminatoria o excluyente debe expresarse en la esfera de lo público y a partir de ahí es necesario desarrollar formas autónomas de organización social y prácticas alternativas de producción de poder. A su vez, las Comunidades de Paz en su construcción de autonomía han hecho visible, debido a que como Comunidades aisladas eran más vulnerables, la necesidad de tejer redes con otros grupos que están buscando lo mismo en otras regiones del país y en otros países. Como consecuencia de esto, se comienza a invitar al mismo territorio de estas Comunidades a movimientos de otros países de América Latina y de otros lugares de Colombia que estuvieran en esta misma búsqueda,  y se empezaron a desarrollar Encuentros. De un encuentro en la Comunidad de San José de Apartadó, llevado a cabo en el 2003, surgió una Red de Comunidades en Resistencia formada por comunidades indígenas, negras y campesinas que ha ido permitido que se vayan intercambiando experiencias, buscando espacios de solidaridad internacional, y configurando un movimiento que se identifica con una misma búsqueda, una misma ruta, unas mismas metas, aunque se esté en países distintos, con líneas de trabajo común, en la búsqueda de ese otro mundo posible.

Una de las iniciativas de esta Red, que desde Fundación Musol, nos gustaría destacar por su valor intrínseco al  busca crear una sociedad basada en la solidaridad y en el derecho de los pueblos y no una sociedad capitalista de consumo, y por la posibilidad de réplica en los entornos locales extremeños a través de los Hermanamientos,  es la Universidad Alternativa en la cual se comparten los saberes generados en la resistencia, cuya visión apunta a una concepción de nueva realidad, un imaginario alternativo, como apunta ….

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