Comunidad de PAZ – San José de Apartadó

hermanamiento alburquerque - fundación MUSOL

La comunidad de Paz de San José de Apartadó

La Comunidad de San José de Aparatadó, cumplió el pasado mes de Marzo 20 años de existencia, y durante estos 20 años ha apostado por el trabajo comunitario, ha renunciado al individualismo y la especulación, sustituyéndolos por los valores comunitarios, la afinidad y el respeto por la tierra. 20 años de dignidad, historia y resistencia no violenta, que continúan y a los que a través del Hermanamiento que Alburquerque tiene con esta Comunidad, Ayuntamiento y asociaciones locales del municipio extremeño dan voz, ya que la Comunidad se ve obligada habitualmente a recurrir a la solidaridad de comunidades y personas a nivel internacional, para protegerse (durante estos 20 años: 320 personas asesinadas, 350 amenazas de muerte, 100 torturas, 50 desplazamientos)

CONTEXTO POLÍTICO Y GEOGRAFÍCO DE SAN JOSÉ DE APARTADÓ

Se encuentra en el municipio de Apartadó del departamento de Antioquia, y son alrededor de 14 veredas cerca de la frontera con Panamá, una zona que está en disputada por guerrilleros y paramilitares. Los intereses económicos presentes en Urabá (noroeste de Colombia) y su posición geoestratégica confluyeron para convertir esta región en una de las áreas más golpeadas por el conflicto armado. Desde los años setenta estuvo aquí presente la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y del Ejército Popular de Liberación (EPL). La incursión de grupos paramilitares a partir de 1996 inició un escalamiento del conflicto entre actores armados que se manifestó principalmente en agresiones contra la población civil.

El origen de la Comunidad, se encuentra en el desplazamiento de varias comunidades campesinas que fueron expulsadas de sus tierras por ataques de paramilitares en 1997, en la zona de Urabá – Antioquia, noroccidente de Colombia. Su determinación por frenar el desplazamiento y luchar por su existencia, les ha llevado a protagonizar un proceso de resistencia civil no violenta, opuesta al conflicto armado, aunque han sufrido todo tipo de agresiones y violaciones de Derechos Humanos. En la actualidad está integrada por unas 1.800 personas que se comprometieron a no participar ni directa ni indirectamente en la guerra, a no portar armas, a denunciar públicamente las violaciones de Derechos Humanos cometidas por todos los actores armados presentes en el conflicto colombiano, a participar en actividades y trabajos comunitarios y a no reaccionar con violencia ante la violencia.

HISTORIA Y MODELO DE DESARROLLO

En 1998 las primeras familias regresaron a sus tierras en la vereda La Unión, aunque tuvieron que desplazarse varias veces porque recibieron nuevas amenazas. En este contexto el 8 de julio del 2000 los paramilitares ingresaron a La Unión y asesinaron a seis jóvenes en presencia de toda la comunidad, crimen que causó un nuevo desplazamiento. Con el transcurrir de los años gradualmente las familias regresaron a otras veredas, Arenas y La Esperanza, y recuperaron los terrenos de donde fueron expulsados. En aquellos años constantemente los grupos armados armaban retenes en las trochas e imponían bloqueos económicos, prohibiendo el paso de alimentos o de cualquier mercancía, bajo amenaza de muerte.  Entre 2001 y 2002 ocurrió uno de los peores bloqueos, en el que durante meses prohibieron el paso de alimentos en la carretera entre Apartadó y San José: “nadie podía ir al pueblo a comprar porque no lo iban a dejar pasar con su comida”, recuerda Roviro López, miembro de la Comunidad de Paz. En esa época cientos de personas que se arriesgaron a comprar comida fueron asesinadas. Hubo mucha hambre. Cada vez más la Comunidad se dio cuenta de lo importante que era organizarse y cultivar sus alimentos para ser autosostenibles, y así empezaron a crear grupos de trabajos comunitarios.

Uno de los hechos que más impactó a la Comunidad de Paz fue la masacre del 21 de febrero de 2005. Ese día fueron asesinadas ocho personas en las veredas Mulatos y La Resbalosa, siete de ellas miembros de la Comunidad de Paz, entre las que se encontraban tres menores de edad y el líder de la Comunidad Luis Eduardo Guerra. Desde que ocurrió la masacre de Mulatos y La Resbalosa, la Comunidad de Paz no ha dialogado con instituciones del Estado colombiano porque consideran que no ha habido justicia. La única relación que ha mantenido la Comunidad ha sido con la Corte Constitucional que ha publicado tres sentencias a favor de ella.

https://vimeo.com/167415655

Trailer de Chocolate de Paz: Una película de Gwen Burnyeat y Pablo Mejía Trujillo sobre la Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

La violencia ha llevado a la Comunidad a buscar otras opciones de desarrollo. Comenzaron a trabajar en un modelo de soberanía alimentaria: recuperaron semillas autóctonas de la zona, cultivaron cacao, (que hoy en día es exportado a varios países de Europa, y que pasa por numerosas auditorías para mantener los estándares de comercio justo), plantaron cultivos de pan coger. Y también buscaron un modelo alternativo de educación con sus propios profesores, una educación centrada en valores de amor a la tierra. Posteriormente, construyeron la Universidad de la Resistencia y fueron fortaleciendo estos modelos por los que siguen trabajando hoy en día.

Varias veredas de la Comunidad son casi autosostenibles en cuanto a la producción de alimentos y también han logrado comercializar algunos productos agrícolas que les aportan recursos financieros. La Comunidad vende cada año 50 toneladas a dos grandes clientes en Alemania y Gran Bretaña. Las ganancias permiten a la Comunidad sostenerse económicamente, hacer construcciones, apoyar la educación y formación, y comprar aquello que no producen.

Junto con otras comunidades han constituido la Universidad Campesina, un proyecto de intercambio de conocimientos entre comunidades rurales que viven en medio del conflicto. Este proyecto pretende demostrar que la resistencia es un asunto de la vida cotidiana.

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